El comandante de Elcano terminó harto del problema de higiene de Leonor

Con el regreso de Leonor a España para embarcarse a lo largo de los próximos días en la fragata Blas de Lezo, la Princesa de Asturias puso fin a un auténtico infierno a bordo de Elcano, que la ha llevado a realizar un largo y duro recorrido a través de las costas de América. Este trayecto que duró más de cuatro meses acabó no solo poniendo a prueba las capacidades de Leonor para formar parte de la marina, sino que también hizo que los oficiales de Elcano descubrieran los límites de su paciencia y de su capacidad para aguantar situaciones límite.

De hecho, según han revelado fuentes cercanas a la Armada, en Elcano ya se imaginaban que la travesía de este año iba a ser más delicada que ninguna otra. La presencia de Leonor la convertía en algo único y metía mucha presión en los oficiales y comandantes. Sin embargo, nadie se imaginaba que la prueba fuera a ser tan sumamente dura para todos.

Entre Leonor y Letizia acabaron con la paciencia del comandante de Elcano

La realidad es que poco tiene que ver la forma de entender la vida de los tripulantes de Elcano con la que tienen en Casa Real. En este sentido, Leonor estaba acostumbrada a la comodidad y tranquilidad de un hogar en tierra firme. Algo que nada tiene que ver con la vida en alta mar, donde los imprevistos son una constante y donde los lujos y las comodidades son algo inexistente, al menos en el día a día. Un buen ejemplo de ello son las duchas.

Y es que para Leonor, el hecho de ducharse varias ocasiones en el mismo día es algo fundamental y que no puede faltar. Sin embargo, con tal de preservar el agua dulce de abordo, en Elcano solamente se permitía una ducha al día. Algo que puso de los nervios a Leonor, que no paró de solicitar excepciones al comandante, que en más de una ocasión habría estado cerca de perder los nervios.

Así pues, no se trató solamente de las llamadas de Letizia, sino que también había una fuerte presión por parte de Leonor, que siempre trató de aprovechar su posición como Princesa de Asturias para hacer valer su voluntad y llevarse una serie de privilegios que no le correspondían.