¡Escándalo en la realeza! Leonor pasó horas a solas con su terapeuta
La princesa Leonor atraviesa una etapa difícil en el Elcano y recurre a terapia para afrontar la presión
La princesa Leonor reapareció este viernes en Valparaíso, en medio de un clima tenso. Su sonrisa era tenue, su mirada más apagada. Aunque intentó mostrarse serena, sus gestos hablaban por sí solos. Según varios compañeros del Juan Sebastián Elcano, la heredera ha pasado por momentos muy delicados durante esta etapa de formación.
Fuentes del entorno relatan que ha tenido varias crisis a lo largo del viaje. Incluso, aseguran que pensó en abandonar. La adaptación no ha sido fácil. El aislamiento en alta mar, el mareo constante y la presión mediática han pasado factura. Desde hace semanas, Leonor recibe ayuda psicológica de forma telemática. Dicen que se encierra durante horas en la misma habitación para hablar con su terapeuta.
La princesa está siendo tratada por profesionales. Poco a poco, mejora. Pero el proceso ha sido duro. Muy duro. No solo por el reto físico del embarque, sino también por el ruido mediático que ha rodeado su figura estos días.
Tristeza, agobio y demasiada presión
Las últimas imágenes de Leonor, tomadas durante su llegada al puerto de Valparaíso, no pasaron desapercibidas. Cada gesto, cada mirada y cada movimiento fueron analizados al milímetro por medios y expertos. Muchos coincidieron en lo mismo: vieron en ella a una joven visiblemente superada, con la mirada perdida y un gesto más apagado que nunca. Su actitud fue más distante de lo habitual, como si el peso de las últimas semanas comenzara a pasar factura.
El revuelo por las fotos en bikini en Uruguay y la polémica sobre las imágenes tomadas en un centro comercial chileno, que provocaron incluso una denuncia de Casa Real por la forma en que se obtuvieron, han colocado a la princesa en el centro de un huracán mediático. Un foco constante que no da tregua y que, según sus propios compañeros, ha afectado directamente a su estado emocional.
No se trata de un mal día puntual, aseguran quienes comparten la travesía con ella. Hay un desgaste real y profundo. El aislamiento del buque, los continuos mareos por la cinetosis, el escrutinio público y la presión que implica representar a la Corona en cada paso han acabado pesando más de lo previsto. Aun así, Leonor resiste. Se mantiene en pie y cumple con sus compromisos, aunque a veces le cueste más de lo que parece.
