El plan de divorcio que firmaron Felipe y Letizia: sin pérdida de títulos y con derecho a una casa
Antes de casarse, en 2004, los Reyes firmaron unas condiciones en el caso de que tomaran caminos por separado
Con el paso de los años, los Reyes han demostrado que su matrimonio es más fuerte que nunca. Y es que, cada vez que aparecen en público, tanto Felipe como Letizia se dedican miradas cómplices y gestos de cariño. A pesar de todo, no hay día en el que no se hable de un posible divorcio entre ellos. Algo que, visto en el buen punto que está su relación, no es una situación que esté sobre la mesa. Aún así, antes de contraer matrimonio, en 2004, ambos firmaron una serie de condiciones por si esta circunstancia se producía y algún día decidían tomar caminos por separado. Y es que no hay que olvidar que Felipe, aunque ese momento era príncipe, ostenta uno de los cargos más importantes en nuestro país -por no decir el que más- y tenían que tenerlo todo bien atado.
Y es que son muchas las dudas que nos surgen. Si Felipe y Letizia decidieran divorciarse, ¿la reina seguiría conservando algún tipo de privilegio? ¿Tendría una pensión vitalicia? ¿Cuál sería su figura y su papel dentro de la sociedad? ¿Dónde viviría? Unas cuestiones que, en su momento, David Rocasolano, el primo de Letizia, intentó responder en su día a través de su libro, Adiós, princesa, en el que arroja un poco de luz a una situación que, sin duda, marcaría el presente y el futuro de España. Sí que hay que tener en cuenta que los Reyes siempre han sido muy discretos con lo que a su relación se refiere, pero esto no ha impedido que, con el paso del tiempo, se hayan filtrado datos sobre su relación, que siempre ha sido de interés público.
En qué condiciones se casaron Felipe y Letizia

Felipe de Borbón y Grecia y Letizia Ortiz Rocasolano contrajeron matrimonio en una lluviosa mañana del 22 de mayo de 2004. Ambos se habían conocido en una visita que había hecho el Rey a las instalaciones de TVE, donde trabajaba una jovencísima Letizia, quien había logrado uno de sus sueños; presentar el Telediario. Aunque en un primer momento, su romance fue un secreto que no confesaron a casi nadie, pronto hicieron pública su relación a golpe de comunicado en el que, además, anunciaron que habían tomado la decisión de comprometerse. La boda se celebró bajo una máxima expectación y Madrid se engalanó para celebrar el amor de los futuros Reyes de España.
Aunque eso sí, antes de pasar por la Catedral de Almudena y pronunciar ese famosísimo ‘sí, quiero’, al igual que otras parejas, Felipe y Letizia firmaron una serie de condiciones con las que contraerían matrimonio. Y es que en su caso era muy especial e iba más allá de casarse en régimen de gananciales o separación de bienes, como sucede en cualquier pareja de a pie. La Casa Real se aseguró en tenerlo todo bien explicado y confirmado, llegado el día en el que quisieran divorciarse y, sobre todo, saber que no iba a ser Felipe quien iba a salir perdiendo en esta situación. Es por eso que ambos se juraron amor eterno en separación de bienes, sabiendo que, si decían divorciarse, iba a mantener, cada uno, la propiedad de sus bienes, tanto los que habían adquirido durante su matrimonio como los de antes de este. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, en su momento, la reina Letizia tenía un bonito piso en el madrileño barrio de Valdebernardo, que ocupó su hermana Érika hasta su muerte y que abandonó para instalarse en Zarzuela.
Qué pasaría con sus hijas, dónde viviría la reina y cómo se repartirían el dinero
Toda esta situación, además, es conocida muy bien por su primo, David, quien fue, durante muchos años, su abogado. En el caso de se divorciaran, además, Letizia recibiría una asignación mensual, con la que se aseguraría que puede llevar vida más o menos normal. Sobre las residencias, como no podría ser de otra manera, el rey Felipe se quedaría con la Zarzuela, mientras que Letizia sí que tendría acceso a dos viviendas; una de verano y otra de invierno. La custodia de las hijas puede ser que se convirtiera en uno de los puntos más controvertidos. Y es que como princesa -y futura reina de España- e infanta, su educación tendría que quedarse bajo la tutela de la Casa Real, y la custodia sería del rey Felipe.
Sí que es cierto que la reina Letizia perdería algunos de sus títulos, sobre todo los que tienen que ver con reina de España y Alteza Real. Aunque conservaría otros como el tratamiento de Su Majestad, sobre todo por su papel como madre de la futura reina. Al igual que sucede ahora con los Reyes y sus hijas, los regalos que hubiera recibido en todo este tiempo formarían parte de Patrimonio Nacional, aunque todas las compras que hubiera hecho ella, a nivel personal, durante su reinado, serían de su propiedad.
Sí que es cierto que, en estos últimos tiempos, dentro de la Familia Real, hemos vivido algún que otro divorcio. La primera en tomar un camino distinto al de su pareja, fue la infanta Elena, quien se casó en marzo de 1995 con Jaime de Marichalar y cesó su convivencia con él a finales de 2009. Por su parte, la infanta Cristina ha protagonizado uno de los divorcios más sonados de la Corona y de los últimos tiempos. Y es que, aunque llevaba ya tiempo separada de Iñaki Urdangarin, la hija de los Reyes no decidió firmar los papeles del cese de su matrimonio hasta poco más de tres años. Así, ponía fin a más de veinte años de relación que estuvieron marcados por la polémica y la condena del que fuera duque de Palma a seis años y tres meses de cárcel por corrupción.