Crisis en la Corona Española | Revelan un oscuro secreto de la infancia de Felipe VI
Una compañera de su colegio rompe el silencio sobre un detalle poco conocido del jefe del Estado español.
La infancia de los miembros de la familia real suele estar envuelta en un halo de protocolo y atención mediática, pero también tiene rincones inéditos. Bajo esa lupa, salen a la luz historias que muestran una versión más humana de quienes normalmente se perciben como figuras inaccesibles.
En una entrevista, una famosa excompañera del rey Felipe VI cuando realizaba sus estudios en el colegio Santa María de los Rosales ha compartido un secreto que ha cambiado un poco esa imagen perfecta del jefe del Estado español.
Recuerdos del colegio del rey
Ágatha Ruiz de la Prada, que coincidió con el ahora rey en el colegio de Aravaca, reconoció en televisión haber oído comentarios sobre Felipe VI: “era el niño más guapo… tenía los ojos azules así” -dijo sobre su presencia destacada-, pero también mencionó que “siempre llegaba tarde”.
Ese retraso recurrente no pasó desapercibido en un colegio con normas estrictas y alumnos de alto perfil. Lo llamativo es que, con los años, Ruiz de la Prada matizó su juicio: el carácter reservado y formal del príncipe no impidió que se le percibiera como distante o incluso rebelde.
Protocolo e impuntualidad: una mezcla incómoda
Después de reflexionar, Ruiz de la Prada atribuyó esa impuntualidad a motivos más profundos que el simple descuido: Felipe VI llegaba acompañado por la reina Sofía, con escolta y medidas de seguridad, lo que dificultaba el acceso directo al colegio.
La presencia materna constante y las medidas de protección no solo ralentizaban su llegada, también alimentaban la sensación de separación respecto al resto de los alumnos. Un detalle que, para muchos, reforzó esa fama de excepción entre sus compañeros.
Santa María de los Rosales, un entorno de élite
No es cualquier colegio: Santa María de los Rosales es una institución reconocida por formar a hijos de familias influyentes, desde aristócratas hasta figuras del poder político.
La institución combina exigencia académica con discreción y un enfoque integral. Fue diseñada, en parte, para acoger a los hijos reales bajo un entorno controlado y discreto, lo que sin duda influyó en la experiencia escolar de Felipe VI.
Un niño entre privilegios y presiones
Felipe VI en ese entorno privilegiado, en aulas con hijos de personajes de la polítuca internacional, veranos en palacios, inicios académicos en Canadá, y una formación militar exigente. Una infancia moldeada por responsabilidad, protocolo y expectativas reales.
Ese trasfondo le marcó como un alumno ejemplar y reservado, pero también como alguien que, en clave cotidiana, arrastraba algunas tensiones propias de quien parecía fuera del sistema: la impuntualidad fue un síntoma de ello.
