Los tres “rasgos esenciales” que marcan la personalidad de la princesa Leonor
Leonor está en plena formación naval a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano
Desde que se graduó en el UWC Atlantic College de Gales, la princesa Leonor ha experimentado una gran evolución en su carácter y personalidad, especialmente durante su formación a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano.
Durante los cuatro meses de travesía en el navío, las imágenes difundidas por la Casa Real muestran a Leonor participando activamente en tareas de lo más exigentes, como izar velas y maniobrar cuerdas en condiciones adversas. Actividades que han reflejado su determinación por superar los desafíos físicos y mentales que forman parte de su instrucción como futura reina de España.
Asimismo, y pese a las polémicas a las que se ha enfrentado ante la filtración de unas imágenes en una discoteca y en bikini en la playa, la hija de los reyes Felipe y Letizia ha evidenciado un carácter luchador y una fuerte voluntad de estar a la altura de las responsabilidades que conlleva su posición, según el experto en comunicación no verbal Julio García Gómez.
Este proceso ha sido clave para forjar una personalidad más decidida y resiliente en la heredera al trono español. García Gómez destaca que su forma de aplaudir con entusiasmo y su postura erguida durante las llegadas a cada país en el que hacen parada denotan confianza y un compromiso profundo con su papel institucional.
La formación militar y las apariciones públicas han contribuido a moldear una imagen de Leonor como una líder empática y cercana. Su capacidad para trabajar en equipo y su disposición para asumir responsabilidades complejas sugieren una preparación consciente para el futuro rol que desempeñará en la monarquía española.
Todo ello gracias a la forma en la que su cuerpo adquiere “brío y potencia”, de acuerdo al experto; a la capacidad de sincronizar cuerpo, pies, manos y cabeza a la hora de realizar sus tareas físicas y a la capacidad de proyectar su voz y mostrarse en público ante las personas que están con ella.
De este modo, la princesa está desarrollando unos rasgos de personalidad que combina fortaleza, autenticidad y empatía, cualidades esenciales para su futura posición como reina.