La infanta Sofía y Leonor ignoran a una persona especialmente importante para ellas.
La realidad de la reina Sofía, Leonor y la infanta Sofía no quieren tener contacto con ella.
En los últimos tiempos, la atención de la Casa Real española ha estado centrada en los avances académicos de la infanta Sofía y Leonor. La heredera al trono ha estado cumpliendo con uno de los requisitos fundamentales en su camino hacia la corona, participando en actos oficiales y consolidando su formación. Por su parte, la infanta también ha estado presente en diferentes eventos, mostrando su compromiso con sus responsabilidades futuras. Mientras tanto, la reina Sofía, en su retiro en Zarzuela, continúa atenta a la salud de su hermana Irene, quien, según revistas especializadas, padece Alzheimer, una enfermedad que la ha alejado aún más de sus labores.
Sin embargo, detrás de estas apariciones públicas y de los esfuerzos por mantener la imagen de unidad, existe algo cierto que pocos quieren aceptar: la reina Sofía no es más que una figura extraña en la vida de Leonor y la infanta Sofía. La relación entre la abuela y sus nietas está marcada por una distancia que, en muchos casos, parece insalvable. La principal responsable de ello sería Letizia, quien desde que sus hijas nacieron tomó medidas para excluir a su suegra de las actividades y cotidianidad de las niñas.

Desde el inicio, la experiodista limitó el acceso y dictó reglas estrictas para los Borbones. Se sabe que la reina emérita no pudo visitar libremente las habitaciones de las pequeñas ni compartir momentos íntimos con ellas. En cambio, Paloma Rocasolano, madre de la asturiana, es el familiar que más cuidó y acompañó a sus nietas en muchas ocasiones. ¿Y en la actualidad?
La realidad de la reina Sofía, Leonor y la infanta Sofía no quieren tener contacto con ella
Uno de los episodios que ejemplifican esta distancia ocurrió durante la misa de Pascua en Palma de Mallorca. En esa ocasión, la mujer de Juan Carlos intentó tomarse una fotografía con las jóvenes, pero la insistencia de Letizia llevó a que Leonor rechazara su gesto cariñoso y se alejara para evitar la imagen. Este incidente, que fue captado por la prensa, generó comentarios y llamó la atención sobre la conexión entre estos miembros reales. En público, parece que han aprendido a mantener cierta cordialidad, y en privado, el intercambio es prácticamente inexistente.
Según la periodista Pilar Eyre, Sofía de Grecia pasa largos períodos en Zarzuela sin ver a las hijas de Felipe VI. La única abuela a la que frecuentan es Paloma, quien las acompaña a sus actos oficiales y se va de compras con ellas. Entonces, para la princesa de Asturias y su hermana, la griega está relegada a un papel secundario, casi como un familiar ausente.

Este distanciamiento no solo refleja las tensiones internas en la familia real, sino que también pone en evidencia cómo las decisiones de la actual reina han moldeado casi en su totalidad las actitudes de sus descendientes en los últimos años.
Mientras la Casa Real continúa con su agenda pública, la dinámica interna parece ser otra. La reina Sofía, una figura histórica y símbolo de la institución, es una desconocida para la próxima generación que representará el apellido Borbón. Su único consuelo es que, además de Leonor y la infanta Sofía, a la emérita le quedan otros nietos.